LA PARADOJA DE LA TRAMOYA

En el mundillo del maquetismo existen una serie de términos que conviene aclarar para los que se inician en esta afición. Alguno como el que hoy propongo conviene explicarlo y reflexionar sobre su utilidad.
Si exceptuamos los libros de croquis de circuitos o maquetas que ponen a disposición de los aficionados las marcas comerciales, en donde prima el relleno de la superficie con toda clase de vías, sea cual sea su disposición y en muchos casos sin sentido ferroviario alguno, en la mayoría de las maquetas tipo circuito cerrado aparece la estación oculta. ¿Pero que es eso?

Cuando construimos una maqueta estamos creando un mundo imaginario, un decorado teatral en el que vamos a ofrecer al espectador una farsa. Como en el teatro vamos a esconder y enseñar lo que nos viene bien en cada momento para dar credibilidad a la obra. En una maqueta existirá una parte visible, que debe reflejar la realidad lo más fielmente posible, y otra, oculta o invisible, pero indispensable para dar credibilidad a la primera.


En el croquis se puede apreciar una doble linea oscurecida que separa la parte visible (inferior) de la parte oculta o tramoya (superior). Esa línea marca el fondo del paisaje y como se ve está ligeramente curvada para dar sensación de continuidad.
Observar que con poco espacio se puede disponer de una superficie para explotar una pequeña estación término de forma real. Con unas medidas de 2,40 metros de largo por 0,30 metros de ancho en la parte estrecha recreciendo hasta los 0,60 metros desde la mitad al final, podría desarrollarse un  proyecto bastante mejorado respecto al del croquis.

Es en la parte oculta en donde, como en una tramoya teatral, se mueven los hilos que permiten que la  función continúe en escena. Ahí compondremos nuestros trenes, que aparecerán de acuerdo a la explotación que hayamos previsto para nuestra estación.


En la mayoría de los casos, la tramoya se sustituye por la estación oculta que es en realidad un apartadero en donde los trenes efectúan parada sin que el espectador pueda verlos, de ahí su denominación, oculta. ¿Pero cual es su función?.

Hacer creer al espectador que el tren sigue recorriendo un camino que éste no puede ver y que al cabo de un tiempo, cuando el tren nuevamente se pone en marcha, aparece otra vez ante sus ojos como si volviera de un punto lejano. 
Joachim M. Hill   Modelismo Ferroviario
Esta es la paradoja de la tramoya. Cuanto más tiempo parado, más espacio recorrido.

Su utilidad es evidente, ya que sin necesidad de disponer de metros y metros de vía que requieren un gran espacio y que posiblemente no vamos a poder contemplar en su totalidad, permite crear la ilusión de un recorrido que escapa a la visión del espectador pero que, al mismo tiempo, le mantiene expectante esperando nuevamente la aparición de ese tren desaparecido. Es la magia del juego.

Por otra parte, aún disponiendo de esos metros y metros de vías, el tiempo que cualquier tren tarda en recorrerlos es ridículo, no permite poder hacer ninguna de las operaciones que deben realizarse en cualquier explotación ferroviaria. Y no nos debemos olvidar que si queremos pasar del nivel de aficionado al juego de los trenes al nivel de aficionado al maquetismo, la explotación pasa a formar parte indispensable del sistema.

Por eso la estación oculta, de la forma que sea, es necesaria para disponer de un tráfico que cumpla con unos requisitos de fidelidad a la realidad. Va a hacer el papel de esclusa con la que gobernar nuestros trenes, dando y quitando pasos y prioridades en nuestra explotación por sencilla que sea.

Su diseño y construcción debe estar en consonancia con el circuito o la línea para facilitar las esperas y sobrepasos, teniendo en cuenta el número de trenes de los que vamos a disponer. Su número de vías  en un circuito oval será, como mínimo, el número de trenes a utilizar más uno con el fin de permitir el sobrepaso o cruce.

Joachim M. Hill Modelismo Ferroviario
Con independencia de este criterio, en algunas ocasiones en líneas concretas pueden generarse estaciones ocultas con una sola vía de espera y otra de sobrepaso. Estas estaciones permiten cruces o sobrepasos en vía única y tienen gran utilidad.

Otro tipo de estación oculta es la tramoya que puede situarse al final de una línea. Permite la reversibilidad de los trenes y locomotoras así como la creación de nuevas composiciones que aparecen en la zona visible de la maqueta.

Existen diversas formas de realizarlas, por paquetes completos en los que una composición entra en un cajón que se puede extraer para darle la vuelta y volver a colocarlo en dirección contraria, sobre una plataforma circular que gira sobre sí misma permitiendo la reversión, sectoriales para trenes de ida y vuelta, etc.

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