En el mundo real cualquier tren parte de una estación para llegar a otra. De esta norma solo se apartan las líneas de metro y tranvía circulares y algunas líneas férreas de circunvalación. Sin embargo cuando construímos nuestras maquetas los recorridos están previstos, en la mayoría de los casos, para que los trenes den vueltas y vueltas incumpliendo así la norma básica de la circulación del ferrocarril. Un tren va de un punto a otro punto. Por lo tanto el ideal de una maqueta ferroviaria debería ser reproducir esta situación a escala para asemejarse a la realidad.
Por una cuestión de espacio, incluso a las escalas mas pequeñas, no resulta factible reproducir este recorrido punto a punto y hemos asumido sustituirlo por una profusión de vueltas y vueltas a un óvalo, o a una variedad mas o menos intrincada de óvalo, que por medio de rampas helicoidales, túneles, puentes y ciudades con feria incluida, es recorrido por una variedad de trenes que se esconden en estaciones ocultas y que vuelven y vuelven a pasar siempre en la misma dirección y con la misma composición, frecuentemente sobredimensionada en relación con las instalaciones ferroviarias de la maqueta.
Pero con todo, esto no es lo malo, lo peor es que generalmente ni van ni vienen de ninguna parte. Algo que queda muy distante de lo que es una explotación ferroviaria auténtica. Nada que objetar, cada uno se divierte como le parece y bien está que así sea.
Pero con todo, esto no es lo malo, lo peor es que generalmente ni van ni vienen de ninguna parte. Algo que queda muy distante de lo que es una explotación ferroviaria auténtica. Nada que objetar, cada uno se divierte como le parece y bien está que así sea.